Ana y Vicente, Granada.
Nacimiento en noviembre de 2016
Nos casamos en agosto de 2011 y nuestro primer hijo llegó en diciembre de 2013, tras sufrir previamente un aborto; a los pocos meses y a la vista de que no llegaba un nuevo embarazo viable, tras otro aborto y casi dos años de intentarlo, decidimos pedir ayuda para poner todos los medios que considerábamos legítimos, al tener ya una edad de 39 y 43 años.
Nos dirigimos en primer lugar a la Sanidad Pública, donde nos rechazaron porque al tener un hijo quedábamos fuera de la cobertura pública, además de los escasos recursos públicos asignados a la promoción de nuevos nacimientos. Por nuestra parte no estábamos dispuestos a someternos a técnicas que nos provocan reparos éticos, como la fecundación in vitro.
Unos meses antes, en otro país, asistimos a una charla sobre lo que resultó llamarse Naprotecnología, lo que nos llevó a indagar si en España se aplicaba esta técnica; tras varios esfuerzos y búsquedas conseguimos contactar con una doctora en Madrid, Helena Marcos, que nos recibió con mucha atención y se mostró dispuesta a atendernos en fin de semana, debido a que teníamos que desplazarnos desde Granada.
En noviembre de 2015 iniciamos nuestra andadura en la Naprotecnología y aprendimos a identificar los días más fértiles del ciclo menstrual y a optimizar nuestras relaciones desde el punto de vista de la fertilidad, consiguiendo una fecundación natural a los pocos meses de nuestro proceso. Durante gran parte del embarazo tuvimos un tratamiento con progesterona para prevenir otro posible aborto, y a los nueve meses nació nuestro segundo hijo, sano y robusto, en noviembre de 2.016.
Gracias a la Naprotecnología también crecimos como matrimonio al comunicarnos más y mejor y sentirnos en paz con nuestra conciencia y agradecidos por este nuevo hijo.